domingo, 16 de enero de 2011


Tengo algo. Lo siento y estoy un 99.9% segura que algo tengo .Me puse mal, casi nadie lo sintió, creo que le echaron toda la culpa al exceso de gelatina. Fue un día fatal, me desperté como toda una reina, me sentía tan viva como de esos días en los que te levantas y sabes que todo estará bien, pero ese sentimiento duro tan solo un poco. De pronto me llamo y ya sentía culpa, tuve que ir a ver que iba a "pasar", felizmente todo le fue bien, me sentí mejor, raramente todo ese camino me hiso acordar de todo, principalmente que estaba otra vez, yo ahí , completamente sola, y que tanto me había preocupado que ni siquiera desayune, ni siquiera me preocupo del todo, así que apenas llegue a mi casa , abrí la refri y cogí un par de gelatinas y de poco a pocos me las acabe todas, sentía el frio en mi estomago. Algo como un viento de invierno girando alrededor tuyo, supuse que no era nada, no quise ser exagerada. No tenia ganas de nada, decía solo webadas, creo que necesitaba de alguien, que tan solo se aparezca y de pronto me sintiera bien, pero nadie apareció, solo sabia que ese alguien estaba vivo, me mandaba señales de vida, pero no podía escucharlo ,ni verlo en letritas ,menos aun verlo. De pronto sentí ese dolor de nuevo ,la puta migraña de nuevo, nunca me dejaba en paz, me puse a ver tele, trate de dormir y no podía ,sentí tanta impotencia, me dolía como nunca, en ese momento me quise sacar la cabeza. Llegaron! comencé a sentirme mejor, pensé que irían corriendo a ver que tenia pero no, no lo hicieron, grite con las pocas fuerzas que tenia, y menos aun vinieron, pensaron que no era nada, como todo lo que alguna vez fue importante para mi, para ellos no era nada. Tenia que darles una señal de preocupación, creo que esa fue la principal causa la cual comencé a vomitar, quería que me vieran, me sentí tan débil, estaba pálida, despeinada y lagrimeando ,diciendo que ya no podía, me dolía demasiado ,me estaba partiendo la cabeza y el esfuerzo con el que botaba todo era demasiado, no podía más. Jamás me había sentido tan desprotegida, hasta que me llevaron, a una clínica me dijeron, lo poco que recuerdo porque estaba media dormida fue que todo estaba frio, y que me iban a meter una aguja para que me pasara el suero y demás. Solo sentí un penizcon y de pronto dormí, como que me hubiese ingerido algún tipo de droga, me sentí anestesiada. Desperté como si todo hubiese sido un sueño, me sentí de nuevo como reyna,  no quería nada y de nuevo todo se desvaneció... 

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